LOS ESPAÑOLES SOMOS QUEJOSOS DE SALÓN


Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado, Académico Correspondiente Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. www.ramirograumorancho.com
Ramiro Grau Morancho
Ramiro Grau Morancho

Hay dos tipos de españoles: una minoría que nos quejamos de lo que funciona mal, es decir, todo o casi todo, y una gran mayoría de personas que parecen argentinos, pues toda la fuerza se les va por la boca.

Son lo que yo llamo quejosos de salón, es decir, de cafetería, bar o taberna… La gente que grita, gesticula, se exalta, pone a parir al funcionario que le ha atendido mal en un organismo público, al cartero, al policía municipal, al guardia civil de tráfico, o al sumsum corda. Y como dice Cervantes en El Quijote: “Miró al soslayo, fuese y no hubo nada…”.

Son esas personas que te envían mensajes de wasap diciéndote “vamos a quedar, que tengo que contarte algo. ¡Estoy hasta los cojones del INEM!”, por ejemplo, y allá vas tú, a perder el tiempo, en nombre de una amistad mal entendida, en la que un contribuyente, expoliado y explotado, quiere hacerse participe de la última putada que le han hecho en un organismo oficial, o del maltrato recibido, por parte del funcionario de turno…

Hace unos días me mandó un mensaje un buen amigo, Graduado Social, para explicarme el trato despótico en la mayoría de los organismos públicos administrativos hacia los profesionales como él, cuyo tiempo es oro, pues luego cobran a sus clientes por las horas dedicadas a resolver cualquier encargo profesional que tengan que realizar, y como les exigen cita previa por internet, como si fueran un particular cualquiera.

Se quejaba, y creo que con mucha razón, de que no haya una ventanilla especial para profesionales, abogados, graduados sociales, gestores administrativos, asesores fiscales, etc., de forma que no tengan que perder el tiempo detrás del panadero de la esquina, o que se les exija la petición de cita previa por internet, como si los funcionarios no estuvieran al servicio de los ciudadanos, pues somos nosotros, al fin y al cabo, quiénes les pagamos el sueldo. Hoy por hoy, en la mayoría de los organismos púbicos, parece que cuándo “se dignan” atenderte, te están haciendo un favor…

Como ya estoy harto de que siempre me cuente las mismas historias para no dormir, y estoy cansado de que toda la fuerza se le vaya por la boca, con la mala educación que me caracteriza, le espeté –más o menos-, las siguientes preguntas:

  • ¿has hecho algún escrito de queja al organismo correspondiente, y lo has presentado por registro, para que quede constancia del mismo, y se vean obligados a contestarte?
  • ¿te has quejado al Colegio de Graduados Sociales?
  • ¿has enviado algún escrito a la prensa, denunciando lo sucedido?

Al decirme que no a las tres preguntas, le solté, a modo de exabrupto, que dejara de tocarme los cataplines, que ya estaba harto de oír siempre las mismas historias, cuándo no hace nada para corregir esas situaciones, e intentar que mejore esta mierda de sociedad –y administraciones públicas- que vamos a dejar a nuestros hijos.

Se quedó muy sorprendido, supongo que principalmente por mi mala educación, y me dijo muy humildemente que no tenía tiempo para hacer esas cosas, a lo que yo le contesté que lo que no tenía era ganas de hacerlo. Y que si todos hiciéramos lo mismo que él, este país si en algo iba a cambiar, iba a ser a peor.

Y añadí que con la gran cantidad de horas dedicadas a contarme estas historias, podía haber escrito todas las quejas del mundo, y hasta la enciclopedia Espasa…

Decididamente, no creo que vuelva a invitarme a tomar café.

Pues así somos –son- la mayoría de los españoles. Quejosos de salón, a los que toda la fuerza se les va por la boca, pero no hacen nada para arreglar las cosas e intentar solucionar los numerosos problemas existentes.

¿Ustedes creen que el mal funcionamiento de la sociedad, las injusticias, etc., van a cambiar por sí solas, por la inercia de las cosas…? Más bien será al contrario, que las situaciones injustas se perpetuarán con el tiempo, y al final los ciudadanos las acabarán viendo como “normales”.

Y así nos va.

8 Comments

  1. Señor Grau, veo su artículo de hoy, CITA PREVIA Y MALTRATO A LOS PROFESIONALES Y CONTRIBUYENTES, y compruebo que no solo no ha cambiado la situación, sino que, incluso, ha empeorado…
    Una pena.
    Parece evidente que, hoy por hoy, España no tiene solución.

    1. Esta situación no es que siga igual, es que con la pandemía ha ido a peor.
      Ahora ya no te atienden en ningún sitio, y, además, tienes que hacertelo todo tú, con lo cual las personas que no dominan la informática, etc., ESTÁN QUEDANDO EXCLUÍDAS DE LA SOCIEDAD, o tienen que acudir a profesionales, amigos o familiares, para cualquier sencillo trámite.
      ¡Somos mayores, pero no gilipollas!

  2. Desgraciadamente todo lo que cuenta el artículo es verdad.

    Los españoles nos quejamos mucho, pero siempre en petit comité: con los amigos, en casa, en el bar, en las tertulias…
    Pero a la hora de la verdad, de RETRATARSE, firmando con nombre y apellidos las QUEJAS o DENUNCIAS, nadie o casi nadie se atreve.

    Es posible que se deba a que venimos de una dictadura, pero lo cierto es que han pasado 42 años desde que falleció el General FRANCO…, y las cosas siguen igual que entonces.

    La frase «el que se mueve no sale en la foto» ha hecho historia, y todo el mundo se la toma a rajatabla. NADIE SE ATREVE A MOVERSE, POR SI ACASO.

  3. La teoría del inconsciente,por el cul………………. o señor te la inco….teoría de la derecHondaespañola , la mayor producion,de motos…… ..se vende tantas motos, que hasta el sr. Ramiro……va en moto, on el sr.bernard……..las manos limpía en sanidados, es cuesto de esterilidad del campo……..será poregon el tema, judicales………y la cruz mia comparadacon ladel vallende loscaídos……..merde…….la mia me la paGO yo,claro,la de ver lacara de este .letrado..madera in his país…..la creen de la creen …..

  4. Yo, personalmente, he aconsejado a personas que me han contado situaciones así que presenten la reclamación para que conste y QUE PIDAN una copia de la reclamación sellada y firmada por el receptor y si éste le dice «espere ahí» en ese momento tire de móvil (que ahora todo dios lleva encima) saque una foto del pájaro/a disuasorio con vista del reloj que siempre tiene detrás, empezará con pendejadas del derecho a la intimidad, etc. etc. pero entonces dígale que llame a su supervisor o jefecillo inmediato. También surte un efecto bastante bueno la petición de una «Hoja de Reclamaciones». Y esto funciona para la Sanidad, la Hacienda, el Ayuntamiento, la DGA… Hágame caso

    1. Tiene usted razón.
      Las quejas de palabra, de bar, de verdulería, NO SIRVEN PARA NADA, pues no queda constancia de ellas en ningún sitio.
      Como dice el refrán, las palabras se las lleva el viento…
      PERO LOS ESPAÑOLES SOMOS MUY COBARDES, EN TÉRMINOS GENERALES, y nos cuesta mucho poner por escrito lo que deicidios de palabra. ¿Será que no sabemos redactar…?

  5. En la sanidad, por ejemplo, mucha gente se queja de su médico, de su ATS, del hospital…
    Pero, a la hora de la verdad, nadie formaliza esa queja por escrito -nadie o casi nadie-, con lo cual realmente no se traducen en una mejora de los resultados, de la atención a los pacientes, etc.
    ¡Y además te queda la duda de si muchas de esas quejas NO SERÁN INFUNDADAS!

  6. Señor Grau, su amigo seguramente no volverá a invitarle a tomar café, pero tiene usted más razón que un santo.
    Aquí todo el mundo se queja mucho, pero de boquilla.
    Y luego cuando presentas una queja por escrito contra alguien, lo primero que te contestan es que nunca antes se había quejado nadie… ¡Y a mi que me importa!
    Lo lógico es que hicieran caso a las pocas quejas que se presentan, pues resulta evidente que SON LA PUNTA DEL ICEBERG, es decir que seguro que hay un 90% más de quejas subyacentes, ocultas, de gente que no ha tenido el valor de presentarlas.

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