CATALUÑA NO TIENE SOLUCIÓN


Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado y escritor. Académico Correspondiente Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. www.ramirograumorancho.com
Ramiro Grau Morancho

Pienso, en conciencia, que la “cuestión catalana” no tiene solución. Y no tiene solución pues no se han puesto las bases para ello, atacándose solamente los efectos, pero no las causas de la situación, de cómo hemos llegado a dónde estamos: una región en la que una gran parte de la población desearía ir por libre, fuera de España, pues están convencidos de que les iría mejor.

Da igual que sean el treinta por ciento, el cuarenta o el cuarenta y cinco… Lo cierto es que es un sentimiento que va en aumento, o por lo menos no disminuye. Y ello se debe a varios factores, contra los que el pusilánime –y digo pusilánime por no decir cobarde- gobierno del PP no ha querido hacer nada:

  1. El adoctrinamiento de los niños desde la guardería, es decir, a los 3 años, y hasta los 16, como mínimo, inculcándoles la idea de que España les roba, de que Cataluña fue un estado avasallado e invadido por nosotros, y otras visiones igualmente peripatéticas de la historia, y de juzgado de guardia.

¡Pero cuándo todo un ministro de educación, cultura y deportes, y Barón de Claret, lo niega expresamente, es obvio que no han hecho nada, ni piensan hacerlo!

Y ello a pesar de que el art. 27, 8, de la Constitución les faculta para ello: “Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes”.

  1. La inmersión lingüística, o más bien la imposición obligatoria del catalán, en la enseñanza y en la sociedad, sin que el Estado español haya sido capaz de reaccionar a tiempo, simplemente respetando lo que dice la Constitución al efecto:

Art. 3, 1: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”.

Los niños que tienen la desgracia de vivir en Cataluña son sumergidos en el catalán, que se impone manu militare en todo el sistema educativo, sin que ningún gobierno, ni del PP ni del PSOE (las dos caras de una misma moneda) hayan sido capaces de hacer algo para evitar esta situación auténticamente dictatorial.

  1. La existencia de un cuerpo policial, más bien en funciones de policía política, germen de un futuro ejército catalán, que Dios quiera no se levanten en armas pronto contra España…Es algo que cualquier persona con dos dedos de frente lo ve venir, menos el gobierno del PP…

¿De dónde sacan los ministros y altos cargos estos pardillos…? No quiero pensar que vayan Atades (con todo respeto hacia los disminuidos psíquicos), pero a algún sitio similar deben de acudir, pues no es normal juntar a tanto tonto por metro cuadrado.

En definitiva, que los españoles tenemos lo que nos merecemos, o que tal vez no nos merezcamos, pero que los sucesivos gobiernos del PSOEPP han sido incapaces de controlar.

Como decía José Antonio Primo de Rivera: “No olvidemos la Historia: el catalanismo nace políticamente cuando España pierde sus colonias, es decir, cuando los fabricantes barceloneses pierden sus mercados. No se oculta entonces a su pasada agudeza que es urgente conquistar el mercado interior. Tampoco se nos oculta que sus productos no pueden defenderse en una competencia puramente económica. Hay que imponerlos políticamente al resto de España. Y nada mejor para imponerlos que blandir un instrumento de amenaza al mismo tiempo que de negociación. Ese instrumento fue el catalanismo… El alma popular catalana, fuerte y sencilla, fue llenándose de veneno. Áridos intelectuales compusieron un idioma de laboratorio sin más norma fija que la de quitar toda semejanza con el castellano. Cataluña llegó a estar crispada de hostilidad para con el resto de la Patria…. El catalanismo era una especulación de la alta burguesía capitalista con la sentimentalidad del pueblo”.

Y ahora, mucho me temo, que ya es demasiado tarde para enderezar este barco que se hunde…

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7 Comments

  1. Buenos días.

    He encontrado este comentario sobre el mismo planteamiento realizado hace casi cien años, y que como se ve no presenta grandes diferencias a pesar del tiempo transcurrido:

    «El Congreso de los Diputados debatió en mayo de 1932 el proyecto de Estatuto catalán que había presentado la Generalitat de Francesc Macià. El borrador pretendía la instauración de un régimen federal y una amplia concesión de competencias para Cataluña. Estas intenciones, que no estuvieron presentes en el documento que se aprobó al final, suscitaron un debate afilado y confuso, reflejado en las intervenciones de los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, que se prolongaron durante meses. Entre ellos se encontraban Manuel Azaña y José Ortega y Gasset».

    Nuestro internacional filósofo realizaba entonces esta declaración, que no necesita demasiados comentarios en mi opinión: “Es un problema perpetuo, que ha sido siempre, y seguirá siendo mientras España subsista. Este es el caso doloroso de Cataluña; es algo de lo que nadie es responsable; es el carácter mismo de ese pueblo; es su terrible destino, que arrastra angustioso a lo largo de toda su historia”.

    De todos modos, en mi humilde opinión, los nacionalismos surgen en grupos poblacionales ricos. Salvo situaciones de verdadera explotación, con graves vulneraciones de los derechos humanos, no hay nacionalismos excluyentes y separatistas entre gente pobre. En el caso de Cataluña, el País Vasco y otros, al menos en Occidente, puede hablarse más bien de vulneración grave de estos derechos humanos desde el propio separatismo hacia quienes no piensan como ellos, con un radicalismo atroz. Llegamos así a situaciones pseudo-fascistas y xenófobas, en las que sólo es admisible una forma de pensar, y pueden llegar a dialogar con todo el mundo, siempre y cuando camine por los senderos que ellos siguen y buscar los mismos objetivos que ellos exigen. Pero si esa población ve reducida su situación de privilegio y riqueza (caso de Quebec por ejemplo), el porcentaje de separatistas se reduce de forma progresiva también.

    Me resulta difícil entender que se pueda concebir con una mínima seriedad, que alguien haya merecido por alguna razón que se me escapa, haber nacido en el lugar que hemos nacido, con la raza, sexo, situación social y económica en la que se encuentra nuestra cuna, por algo más que la mera casualidad.

    De todos modos, y con todo lo expuesto, yo sí creo que el asunto catalán, el vasco y el de cualquier otro separatismo puede al menos amortiguarse de forma significativa. Es la misma que lo ha reducido en otras poblaciones, tanto en nuestro país como en el resto del mundo: Simplemente que pasen de gozar de una riqueza superior al resto, a tener un nivel económico menor, a llegar a ser más pobres. Es lo que quizá pueda ocurrir en Cataluña, si continúa por la senda de estos últimos meses. Si ya no hay tarta que compartir, sino que somos nosotros quienes pedimos tarta a los demás, se acaban los hechos diferenciales y la creación de barreras de todo tipo.

    De todos modos, no creo que la clase política española quiera que se solucione este problema, ya que le interesa siempre tener un punto de conflicto y preocupación para el resto de las personas que vivimos en nuestro país, una «distracción» como dicen los estrategas. Y si así fuera, por la posibilidad que he comentado, inventarán sin duda otros que nos mantengan entretenidos y despistados mientras ellos siguen metiendo la mano en nuestros bolsillos.

    Un abrazo a todas y todos.

    1. Estimado señor, le agradezco mucho su excelente comentario, que enriquece mucho lo que yo quiero decir.
      Es más, en realidad es mejor que mi artículo.
      No se que pensara el director, pero por mi parte le animaría a escribir en Heraldo Sanitario de Oregón.
      Gracias por su atención y cordiales saludos.

      1. Muchas gracias, D. Ramiro.

        Me siento infinitamente honrado por su amable comentario. Más todavía cuando viene de alguien de su categoria social y humana, académico y escritor. Suelo estar de acuerdo con sus afirmaciones, y de este modo resulta sumamente sencillo escribir sobre la excelente base que usted prepara. Gracias y un muy cordial saludo.

  2. Nunca es demasiado tarde. Es hora de declarar el estado de excepción en Cataluña por el tiempo que sea, sin miedo. Y, por supuesto, metiendo en la cárcel a los líderes independentistas e ilegalizando a todos los partidos nacionalistas. Si se toman esas pocas medidas, se acabará con el independentismo, al menos durante el siglo XXI.

  3. Yo también siento que sea así, pero creo que LA CUESTIÓN CATALANA NO TIENE SOLUCIÓN.

    La única solución plausible sería acabar con su autonomía, y volver a un estado centralista, como Francia, por ejemplo.

    Pero claro, habría que liquidar las otras 16 autonomías, pues sino sería un trato totalmente discriminatorio hacia los catalanes.

  4. Es triste decirlo, pero seguramente es así.
    Creo es un problema IRRESOLUBLE.
    Solamente cuando la región catalana pierda empresas, empleos y ventas, se darán cuenta de que les interesa seguir en España…

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