“DI PUTA DOS”


Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado, Académico Correspondiente Real Academia de Jurisprudencia y legislación. www.ramirograumorancho.com
Ramiro Grau Morancho
Ramiro Grau Morancho

Normalmente llamamos mujeres públicas a las putas, aunque según la jurisprudencia del Tribunal Supremo estamos ante el ejercicio de una profesión liberal, la más antigua del mundo, según dicen.

Yo creo que antes estaban los hombres públicos, los di puta dos, dispuestos a gastarse alegremente nuestro dinero, y a embarcarnos en toda clase de ocurrencias e imbecilidades varias.

En España andamos sobrados de diputados. Además de los 350 del Congreso, los más de 200 Senadores, absolutamente irrelevantes, por otra parte, y los parlamentarios de los diecisiete congresos “aldeanos”, andaremos por cerca de dos mil “Padres de la Patria”, en acertada expresión de algún borracho, pues es evidente que la mayoría de ellos sólo se preocupan de su sueldo y negocios personales.

¿España puede permitirse semejante despilfarro del dinero público? Evidentemente, no. Y dejar sin sueldo a los diputados regionales, como ha hecho doña María Dolores de Cospedal en Castilla La Mancha pienso que no es la solución, pues tienen que comer, como todo el mundo, desplazarse, vestir correctamente, etc. Y no podemos dejar relegada la política sólo para los que sean de buena familia, y se lo puedan permitir, como pasaba en siglos pasados.

La pregunta pues es otra: ¿necesitamos diecinueve parlamentos para legislar en un país mediano, que no llega a los cincuenta millones de habitantes? Es obvio que no, y que sobran casi todos ellos.

Tampoco tiene sentido que las autonomías legislen como locas, con tal de justificar su soldada. Tenemos 17 leyes de comercio interior, 17 directores generales de carreteras –vías públicas en las que no se invierte un euro, pues no hay dinero-, 17 normativas para el etiquetado de los productos comerciales, etc. En resumen, una auténtica torre de babel autonómica.

Pero lo que ya es un abuso es que más de medio centenar de diputados nacionales, que tienen casa propia en Madrid, tengan la desfachatez de cobrar el complemento de más de mil ochocientos euros mensuales que perciben, en concepto de alojamiento y manutención, los diputados “de provincias”. Muchos de ellos son cuneros, es decir impuestos por las direcciones nacionales de los partidos, en provincias que no han pisado más que en campaña electoral, y representan –es un decir-, a los sufridos habitantes de Cuenca, Teruel o Huesca, pero realmente son madrileños, han vivido toda su vida en la Villa y Corte, y sólo salen de la capital por prescripción médica, para tomar el aire de la Sierra del Guadarrama…

Hoy leo en la prensa –tendré que dejar de leerla, para no amargarme las mañanas-, que viajarán en clase preferente, pues todavía hay clases, faltaría más, y que el coste de sus viajes suntuarios, innecesarios y absurdos, en la mayoría de los casos, correrá a cargo de nuestros bolsillos. Como siempre.

¿Para cuándo las listas abiertas y los diputados por distritos electorales, como en Inglaterra? Lo lógico es que el diputado resida en su distrito, mantenga oficina abierta al público, o al menos éste pueda visitarle en algún edificio público, que no se trata de incrementar aún más el gasto, y sea la correa de transmisión de sus electores con el Gobierno y el Congreso nacional.

Como sucede en las democracias de verdad, pero claro, nosotros somos un sucedáneo democrático, ya que vivimos en una auténtica dictadura de los partidos políticos. Y así nos va.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4 Comments

  1. Y los que iban a acabar con la casta y las mandurrias, han mostrado la patita casi antes de llegar. Resulta que por un lado vocean que se bajan los sueldos (y se lo reparten entre sus partidos y amiguetes) pero por otro viajan a actos de partido pagando con dinero público… (está en la prensa de estos días y nadie lo ha desmentido). Critican la ley mordaza (hasta ahí de acuerdo), pero pretenden controlar los medios, a los jueces y a los servicios de inteligencia (¡con que oscuro fin?). Las dictaduras son igualmente jodidas ya sean de izquierda como de derechas y el coletas and Co. nos llevan a una, como el ibex y los mercados nos tiene en otra. Supongo que no nos queda otra alternativa porque una democracia real nunca la vamos a tener, así que comparando como vivimos aquí y como viven en venezuela, cuba, china, rusia…., casi me quedo como estoy. Y eso que, aunque apolítico, siempre he tenido mas aversión a la derecha, pero estas izquierdas suenan poco demócratas. La verdad es que no entiendo como acaba votando la gente. Veo poca reflexión. Yo desde luego no apoyaría nunca a ninguno.

  2. Completamente de acuerdo. Lo peor de todo que los nuevos partidos emergentes se suponía que iban a terminar con todos estos despropósitos, pero me temo que dista muy lejos de la realidad.

    Estamos viendo que Ciudadanos es muy turbio y sus reformas son prácticamente inexistentes y por parte de Podemos sus delirios de grandeza y avidez por las poltronas y los puestos clave para controlar el poder así como la creación de unos Ministerios de plurinacionalidad entre otras cosas, que no creo que sea una demanda o prioridad de la gente común o de a pié.

    En fin, mal asunto.

  3. En Aragón los diputados autonómicos han aprobado auto concederse un mes de indemnización por cada año que hayan sido diputados, hasta un máximo de dieciocho meses.

    Como su salario es de unos 3.000 euros, y cada legislatura son cuatro años, ello supone un regalito de un mínimo de dos millones de las antiguas pesetas (12.000 euros), hasta un máximo de 10.000.000 millones de pesetas, o sesenta mil euros…

    Y ello multiplicado por 67…

    ¡Qué más da que las cuentas no salgan! ¡Será por dinero!

  4. ¡Qué razón tienes Ramiro!

    Los políticos solo van a la política para solucionar sus problemas, no los nuestros.

    Con 7 años de Diputados o Senadores se han auto concedido el «derecho» a cobrar LA PENSIÓN MÁXIMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL, por ejemplo…

    Varias decenas de ex diputados y senadores que tienen poca pensión (como la mayoría de los españoles), cobran unas ayudas vitalicias del Congreso y del Senado, por dos mil y pico euros mensuales, es decir, prácticamente la pensión máxima de la seguridad social.

    Por no hablar, que también, de l partida para hoteles de aquellos que tienen piso en Madrid (la mayoría), de la tarjeta de crédito para pagar los taxis, de su «derecho» a viajar gratis en todos los medios de locomoción públicos existentes en España, etc.

    En definitiva, son una CASTA PARASITARIA, que no aportan nada, y solamente detraen recursos a los ciudadanos-vasallos-contribuyentes.

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