Profesores eméritos en la universidad de Zaragoza: Navajazos como despedida.


Ramiro GRAU MORANCHO

Abogado, Académico Correspondiente Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. www.ramirograumorancho.com
Ramiro Grau Morancho
Ramiro Grau Morancho

Que la Universidad de Zaragoza es un lodazal, es algo que sabemos perfectamente todos los que hemos trabajado en ella, y no somos tontos del culo, o tenemos un mínimo sentido crítico.

Pero que algunos ex compañeros, e incluso amigos (por lo menos en teoría), y muchas veces incluso discípulos, aprovechen el momento de la jubilación de un eminente catedrático o profesor titular para darle el navajazo, votando en contra de su nombramiento como profesor emérito, es algo que raya lo miserable, o más bien entra directamente en esa categoría.

Y cuando esto se hace con profesores con una brillante y dilatada hoja de servicios, como le sucedió a don Santiago Molina García, con numerosos sexenios de investigación acreditados, hace que no sea al agraviado a quien realmente se hace de menos, sino a la misma Institución, habitada por miserables no ya pueblerinos, sino aldeanos, de los que se sacarían un ojo con una cuchara si con eso pudieran dejarte ciego…

Sobre todo cuándo campean por el campus de Zaragoza, aunque para algunos es más bien un pastizal, cada día con menos zonas verdes, para su desgracia, individuos cuyas obras completas podrían figurar en su tarjeta de visita: “menganito de tal, profesor titular de…”, y me refiero a casos concretos y determinados, cuyos nombres no voy a decir, por caridad cristiana.

Una universidad pública en la que hay más de un 5% de profesores eméritos, cuando la legislación estatal sobre la materia limita su número a un máximo del 3% de la plantilla…, pese a lo cual no tienen empacho alguno en pasarse el día pidiendo dinero al Gobierno de Aragón, com si los billetes de quinientos euros crecieran en los árboles, como las hojas. O que jubila prematuramente a una serie de profesores (“casualmente” todos bien relacionados con el equipo rectoral), a pesar de que la Cámara de Cuentas de Aragón ha dicho que una buena parte de esas jubilaciones anticipadas son totalmente ilegales, y suponen un incremento de costes para la Institución, al tener que seguir pagándoles parte de sus salarios, a cambio de nada (concretamente la diferencia entre lo que cobraban en activo y lo que perciben por la jubilación).

En otras palabras, que no prestan servicio alguno de provecho (lo que en algunos casos es francamente de agradecer), pero siguen costando dinero a la “casa”.

Ya se sabe que los progres es lo que tienen: que les gusta chupar más que a un tonto un lápiz.

En fin, que le vamos a hacer. La Institución no tiene arreglo, al menos a corto o medio plazo.

Es triste decirlo, pero es la verdad.

Ni el Gobierno de Aragón, ni la Cámara de Cuentas han sido capaces de enmendar un estilo de gobierno que se caracteriza por pensar que no son autónomos, sin independientes, y que tienen “derecho” a disfrutar de una “independencia subvencionada”. Como Cataluña, sin ir más lejos.

Al fin y al cabo, ¿por qué va a ser la Universidad de Zaragoza menos que Cataluña?

Resumiendo: no haber sido nombrado Profesor Emérito de la Universidad de Zaragoza, en estos tiempos aciagos, constituye un verdadero mérito, ya que normalmente los no nombrados son los mejores. Como sucede en el caso que nos ocupa, por ejemplo.

 

 

 

 

7 Comments

  1. La Facultad de Educación de Zaragoza está llena de odiadores de la excelencia, porque en ella se refleja su enorme mediocridad. Llegan a utilizar hasta a los alumnos como armas arrojadizas para descalificar la labor de los pocos profesores brillantes que les quedan. El daño que se le hace al futuro de un país permitiendo los abusos y las injusticias, es incalculable. Lo que han hecho con D. Santiago Molina García precisamente demuestra que este profesor es mejor que muchos de los que hay en esa facultad, porque en este tipo de instituciones, generalmente se ensalza al mediocre y se intenta desacreditar al brillante.

  2. El profesor doctor don Santiago Molina García es el catedrático de más categoría, experiencia y sexenios de investigación acreditados de la antigua Escuela de Magisterio…
    No me extraña que no hayan querido hacerle Profesor Emérito; les haría quedar muy mal, sobre todo a los inútiles (que son mayoría), que nunca han investigado nada de provecho.

  3. En las mejores universidades del mundo se mima a aquellos profesores mayores de 70 años que han demostrado ser los más cualificados. En la Universidad de Zaragoza se hace eméritos a quienes se jubilan voluntariamente antes de los 70 años, sin poseer ningún mérito e incluso sin haber sido capaces de sacar el doctorado. Por fortuna, la justicia declaró ese proceso ilegal, pero el mal ya estaba hecho. En una Facultad cuyos profesores son los menos dotados, como es la de Educación (en realidad Escuela de Magisterio), es lógico que a los profesores má dotados se les odie.

  4. Muchos catedráticos y titulares, cuando llega la hora de la jubilación, cogen la puerta de salida, muy dignamente, y se van, pues no desean ser «pasados a cuchillo» por sus propios discípulos…

    Normalmente los que hacen esto SON LOS MEJORES.

    Los pelotas, arrastrados y chupones varios, que hacen la pelota a todo el mundo para llevarse bien, consiguen ser Profesores Eméritos, aunque no tengan nada que enseñar, como no sea su oficio de alcahuetes y palanganeros.

  5. Pues yo creo que la figura de Profesor Emerito debería desaparecer. Evitaría muchas envidias y mucho gasto a la administración. Si quieren ser Eméritos, me parece muy bien, pues que lo hagan con el sueldo de jubilado. Veríamos quien se iba a quedar, sólo aquellos a los que de verdad les interesa la docencia.
    Menudo chanchullo el de los Profesores Eméritos. Después de solicitar esa distinción, la cosa se somete a votación a mano alzada entre los integrantes del departamento. A ver quien es el guapo que no está de acuerdo. Y entonces, todos a votar que sí. El sistema feudal no ha desaparecido

  6. En estos momentos solo pasan a profesores eméritos los que están bien vistos por el equipo pectoral o por los mandamases de las facultades…, QUE NO SIEMPRE SON LOS MEJORES.

    Es más, que no suelen serlo, pues los buenos profesores suelen ser críticos con el poder, y ese tipo de profesores que no dicen amén a todo, están mal vistos en la antaño prestigiosa Universidad de Zaragoza. (Pero muy antaño).

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