El ocaso de Merche Ortín: Pierde la elecciones nacionales de la CESM

 

La eterna liberada sindical que aspira a jubilarse sin esfuerzo ve sus sueños frustrados una vez más

Merche Ortin en la terraza del hotel Son Caliu Spa disfrutando de la liberacion, del sueldo sin trabajar de médico y de las dietas

Por Pedro Navaja

En el emocionante mundo de la política sindical, donde las alianzas se forjan en el fuego de las urnas y los aspirantes luchan por la gloria (y los beneficios de una liberación sindical de por vida), se ha escrito un nuevo capítulo. Miguel Lázaro ha sido elegido presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) en el reciente XIV Congreso Confederal celebrado en Murcia. Su victoria, con 276 votos frente a los 146 de su competidor, pone fin a las aspiraciones de Mercedes Ortín, la secretaria general del Sindicato Médico CESM Aragón, de seguir navegando en la cómoda corriente de la liberación sindical.

Merche Ortín, conocida en Zaragoza por su impresionante capacidad para evitar el trabajo real, ha estado liberada por más de 20 años. Su habilidad para mantenerse alejada de la práctica médica mientras percibe un salario completo, incluyendo guardias que no realiza, es casi legendaria. Su objetivo, claramente, es jubilarse sin haber dado un palo al agua, una meta que cualquier funcionario perezoso admiraría.

Sin embargo, Ortín enfrenta un pequeño problema: los médicos de Zaragoza no la quieren. Han dejado claro, en más de una ocasión y por goleada, que prefieren ver a cualquier otro ocupando cargos en el colegio de médicos antes que a ella. Sus intentos desesperados de acceder a estos puestos han sido sistemáticamente rechazados, lo que deja en evidencia un conflicto de intereses digno de una tragicomedia. Por un lado, la administración le paga el sueldo sin exigirle trabajo; por otro, debería defender los intereses de los médicos, una dualidad que parece no entender.

La reciente derrota en las elecciones sindicales no es solo un golpe para Ortín, sino una victoria para aquellos que creen en la transparencia y en el verdadero sindicalismo. Miguel Lázaro, con su extenso currículum y su experiencia como presidente del Sindicato Médico de Baleares (Simebal), promete un cambio de rumbo. Su decálogo de prioridades incluye reformas estatutarias, apoyo a sindicatos en Ceuta y Melilla, y la visibilización del potencial del CESM.

El nuevo secretario general, Víctor Pedrera, también trae una hoja de ruta clara y contundente. Sus prioridades incluyen la reforma de los estatutos, la integración de sindicatos fuera de la Confederación y fortalecer la relación con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Pedrera, con su experiencia en la CESM Valencia, tiene la visión y el ímpetu para llevar adelante estas reformas.

Mientras tanto, Ortín se enfrenta a una realidad incómoda: su plan de una jubilación sin esfuerzo está cada vez más lejos. Quizás sea hora de reconsiderar su estrategia y, quién sabe, tal vez incluso hacer algo de trabajo real. Pero eso, claro, sería una idea revolucionaria en el mundo de la política sindical.