La mala interpretación de una radiografía de tórax demoró el diagnóstico de cáncer de pulmón dos años


Un juzgado reprocha que se pasaran por alto las sospechas de malignidad de una prueba de imagen que indicaba la necesidad de realizar una TC, que se hizo dos años después.

ilustración de una radiografía de tórax mostrando una masa sólida espiculada, compatible con neoplasia pulmonar, apuntando al bronquio lobar inferior con atelectasia.

No está claro si ahora, con la inteligencia artificial (IA) aplicada a la radiografía se «hubiera pasado por alto» el hallazgo radiológico que hacía sospechar que la paciente padecía un adenocarcinoma de pulmón. El caso es que, en 2018, así ocurrió y el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 2 de Sevilla ha condenado al Servicio Andaluz de Salud a indemnizar con 112.500 euros a la paciente, por lo que se considera un retraso de diagnóstico del cáncer de pulmón de dos años, que fue el tiempo que transcurrió desde las primeras pruebas de imagen que mostraban signos patológicos hasta que, finalmente, en 2020, se le diagnosticó el adenocarcinoma de pulmón, mediante una TC.

Los síntomas iniciales de la joven, y con los que acudió al médico, fueron reiterados episodios de tos seca, ante los que se encontró con distintos diagnósticos: bronquitis, asma, faringitis, gripe. Era atendida en su centro de salud y en el Hospital Virgen de Valme (Sevilla). En 2018 le hicieron dos radiografías: en marzo y en mayo. Estas pruebas de imagen, según uno de los informes periciales aportados al caso, mostraban «una hiperdensidad» que «incluso había progresado a pesar del tratamiento médico instaurado». 

QUÉ INDICABA LA BUENA PRAXIS

Tras el hallazgo de sospecha de la imagen de mayo de 2018, la indicación clínica, según lo apuntado en el informe pericial, era realizarle una TC. Pero, no se indagó en el hallazgo con la prueba más precisa y aquí la parte demandante, la de la paciente, centró su reclamación. María Jesús Villalpando, abogado de la paciente y colaboradora de la Asociación El Defensor del Paciente, argumentó que hubo un retraso de diagnóstico, que el juzgado ha confirmado en su sentencia.

La TC de tórax y abdomen no se realizó hasta 2020, cuando se vio «una masa sólida espiculada de 4,2 x 6 x 7.5 centímetros, compatible con neoplasia pulmonar, que apunta al bronquio lobar inferior con atelectasia del mismo».

Ante las pruebas aportadas, el juzgado considera demostrado que existió ese retraso de diagnóstico achacable a que, cuando la radiografía indicaba la necesidad de realizar una TC, en 2018, no se hizo y se demoró hasta 2020.

Sin embargo, en la sentencia, el juez aclara que esta demora «ha supuesto una privación en las posibilidades de curación y tratamiento para su dolencia con mejora de calidad de vida». 

En esta circunstancia, el juzgado aplica la pérdida de oportunidad y dice que «el retraso de diagnóstico ha supuesto un incremento del riesgo de mortalidad del 25%, que debe ser trasladado a la cuantía indemnizatoria que correspondiera a un fallecido a los 5 años del diagnóstico de la neoplasia».

Tal y como ordena el juzgado en primera instancia, la cuantía se ha fijado mediante ejecución de sentencia, con un auto que fija en 112.500 euros la indemnización que debe pagar el SAS a la mujer que, cuando sucedieron los hechos, tenía 46 años.

Origen: Diario Médico. La mala interpretación de una radiografía de tórax demoró el diagnóstico de cáncer de pulmón dos años

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