La cirujana aragonesa que rompió barreras: «¿A esta chica la dejas operar?»


 La aragonesa Marta Navarro Zorraquino fue la primera española en ingresar en la Sociedad Internacional de Cirugía y recuerda, sin perder la sonrisa, sus inicios en un mundo de hombres. Rompió barreras y allanó el camino a futuras generaciones.

La doctora Marta Navarro Zorraquino, pionera de la Cirugía en España, junto a los recuerdos de su carrera profesional.La doctora Marta Navarro Zorraquino, pionera de la Cirugía, junto a los recuerdos de su carrera profesional. José Miguel Marco

La aragonesa Marta Navarro Zorraquino atesora en su domicilio zaragozano numerosas publicaciones, tesis doctorales y fotos de su dilatada trayectoria profesional, que recuerda con cariño y con cierta nostalgia. Relata, sin perder la sonrisa, anécdotas que salpicaron sus inicios como cirujana en un mundo de hombres. Tuvo que nadar contracorriente, y no siempre lo tuvo fácil. No en vano, fue pionera en este campo de la Medicina y la primera española en ingresar en la Sociedad Internacional de Cirugía.

Fue en 1975, en un congreso celebrado en Edimburgo. En una reunión del capítulo español, explica, el presidente de la sesión dijo: ‘Empezaremos cuando se vaya esa chica’. ‘Mire, profesor, es que esa chica es cirujana, es miembro de esta sociedad’, le aclararon. ‘Casi le da un infarto’, recuerda divertida. «Como había muy pocas cirujanas en el extranjero, cada vez que yo hablaba tenía asegurada la audiencia y, sobre todo, los aplausos», reconoce.

«Venía de una familia de ingenieros y de otras profesiones, pero no de Medicina. Cuando le planteé a mi padre que quería ser cirujana me dijo que no era una carrera para una mujer, y me mandó a hablar con mi tío Martín Sauras, que entonces era Catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Zaragoza. Él siempre decía a sus alumnos que tenían que hacer lo que les gustara», cuenta. Pero tras escucharla, le respondió: «Tú has leído muchas novelas. Más te vale hacer la carrera de Farmacia». Y eso hizo. Pasó seis años en la Universidad Complutense, en Madrid, donde se escapaba a la Facultad de Medicina para poder ver las operaciones. De vuelta a Zaragoza, siguió defendiendo su vocación: «Y mi padre ya no se pudo negar».

Tras cursar Farmacia en Madrid regresó a Zaragoza, y siguió defendiendo su vocación.

«He tenido excelentes maestros en el campo de la Cirugía, como los profesores Lozano Blesa y Lozano Mantecón, que fue compañero en nuestro curso ‘Selectivo de Ciencias’ y posteriormente mi jefe, además de mi amigo», rememora: «Y los discípulos que he tenido han sido maravillosos». En cuarto de Medicina, relata, pisó un quirófano como alumna interna. Pudo hacer dos cursos en uno por tener asignaturas convalidadas. En sexto, optó a una oposición para ser alumna pensionada de cirugía. Ella obtuvo una de las dos plazas.

La doctora Navarro Zorraquino observa la fotografía de un congreso celebrado en Estocolmo.
La doctora Navarro Zorraquino observa la fotografía de un congreso celebrado en Estocolmo.José Miguel Marco

Son muchas las historias que atesora del comienzo de su carrera quirúrgica. «Cuando presenté un trabajo derivado de mi tesis doctoral en el Congreso Europeo del Colegio Internacional de Cirujanos, un catedrático que estaba hablando con el doctor Lozano Blesa le preguntó, estando yo delante: ‘Ricardo, ¿a esta chica la dejas operar?‘ ‘Pues sí, claro’, le respondió: ‘Es cirujana’. Ese fue el primer choque que tuve en este ámbito».

Recuerda su primera operación: «Fue una apendicitis». Una mujer cirujana era una cosa «impensable» incluso para los propios pacientes. «Una vez, hubo que aplazar la intervención quirúrgica de una enferma porque no quiso que le operara una mujer, otro paciente hizo una huelga de hambre…». «Una tarde el doctor Lozano Blesa me acompañó en el Clínico a ver a un paciente que se negaba a comer, este estaba absolutamente feliz de que le visitara el jefe de servicio. Y cuando acabó le preguntó: ‘Y ahora dígame por qué no quiere que le opere’. Yo estaba al pie de la cama. Y le respondió: ‘Pues porque esa señorita…’. Le interrumpió: ‘Habrá querido decir usted la doctora’. ‘Es que como la veo tan joven…’, le replicó».

La doctora Navarro Zorraquino, en primera fila, en el Congreso del Colegio Internacional de Cirujanos, en 1973.
La doctora Navarro Zorraquino, en primera fila, en el Congreso del Colegio Internacional de Cirujanos, en 1973. José Miguel Marco

Desde 1975 hasta su jubilación en 2010, fue jefa clínica de Cirugía del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Durante este tiempo fundó y dirigió un grupo de investigación sobre los aspectos inmunológicos de la cirugía, que comprendía las primeras investigaciones en el campo de la cirugía de los procesos tumorales, de los procesos infecciosos tratados por cirugía y de los trasplantes de órganos desde el punto de vista de la respuesta inmunológica. «El profesor Lozano Mantecón alentó con ilusión el desarrollo y crecimiento de este grupo y participó activamente en la exposición y difusión de sus resultados, a pesar de que él dirigía sus propias líneas de investigación en otros temas quirúrgicos», explica.

El Colegio de Médicos de Zaragoza reconoció hace unos días su trayectoria y experiencia en el campo de la cirugía y la investigación inmunológica. El profesor Antonio Güemes recordó en ese acto que Marta Navarro «nació en Zaragoza en tiempos en los que ser mujer, ser culta, ser científica y ser innovadora era poco más que una tarea imposible». En un mundo tradicionalmente concebido para los hombres, la doctora tuvo que enfrentarse a numerosas barreras y allanó el camino a futuras generaciones. Organizó congresos y reuniones, dirigió 26 proyectos de investigación, 21 tesis doctorales, 196 publicaciones en revistas científicas y fue «mentora y guía para innumerables jóvenes investigadores».

Origen: Heraldo de Aragón cirujana aragonesa que rompió barreras: «¿A esta chica la dejas operar?»

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