Huelga de hambre


Cuando los presos en huelga de hambre empeoran gravemente su salud son remitidos a los hospitales para que sean tratados y alimentados a la fuerza. Esto no ocurriría si la orden judicial se hubiera producido nada más iniciarse la inedia y si las autoridades sanitarias hubieran cumplido desde un principio la orden de alimentación forzosa.

El caso del preso de la cárcel de Teruel

El preso de la cárcel de Teruel que mantiene una huelga de hambre desde hace cuatro meses y medio se encuentra ingresado en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza en estado crítico y con daños irreversibles en sus órganos. El interno, T. H., de 40 años y nacionalidad marroquí, está llevando hasta sus últimas consecuencias la protesta con la que pretende conseguir que se revise la condena de 16 años de cárcel que se le impuso por un delito de violación (13 años) y otro de robo con violencia (3 años).

El hombre está siendo alimentado a la fuerza por orden judicial desde principios del pasado mes de abril, cuando su situación empeoró de forma alarmante. La mayor parte del tiempo ha estado ingresado en el hospital Obispo Polanco de Teruel y en varias ocasiones en la unidad de cuidados intensivos de ese centro sanitario. Ahora ha sido trasladado a la capital aragonesa para hacerle algunas pruebas y este jueves fue examinado por un médico forense.

Las graves consecuencias del ingreso hospitalario de los Grapos

Los presos del Grapo, Olegario Sánchez Corrales, José Francisco Cela Seoane y José Balmón Castell,  iniciaron en 1990 una huelga de hambre en protesta por la dispersión carcelaria dictada por el Ministerio de Justicia. Esta protesta les llevó a un deterioro grave de su salud debido al cual Justicia decidió la alimentación forzosa para mantenerles en vida. Para ello se les ingresó en grave estado en el hospital Miguel Servet. Al Dr. José Ramón Fernández, Jefe del departamento de Medicina Interna se le obligó, a pesar de ser objetor de cumplir la orden judicial, a la alimentación forzosa de los presos. La terrorista María Jesús Romero Vega fue la autora material del asesinato de José Ramón a los 100 días del ingreso. Lo hizo con los tres tiros que le asestó con una pistola 9 mm Parabellum. El delegado del Gobierno era Pérez Anadón

Cuando los jueces e instituciones sanitarias fallan paga la sanidad

Cuando los jueces no cumplen su deber de ordenar con prontitud la alimentación forzosa, la salud se agrava, aparece el riesgo vital inminente y al juez “tardano” le entran las prisas y ordena el ingreso hospitalario urgente para alimentar y sanar al preso. Si el juez da la orden a tiempo pero instituciones penitenciarias  no cumple con su parte el paciente agrava su salud hasta que precisa de cuidados hospitalarios y “alimentación forzosa”

Los jueces deberían ser conscientes de que el “riesgo vital” de un huelguista de hambre comienza al iniciar la huelga. Es en ese preciso momento en el que el juez, de acuerdo con las leyes, debe ordenar la alimentación forzosa. Las autoridades penitenciarias deben ponerse manos a la obra nada mas disponer de la orden judicial. Cualquier atraso en ese mismo momento de unos y otros lleva al estado crítico del paciente, y a un innecesario y costosísimo ingreso a costa de la sanidad pública.

Además la vigilancia de un preso en un hospital exige grandes medios policiales. Hacen falta tres turnos del, al menos dos personas cada uno y esto son no menos de nueve sueldos. No decimos que el juez o Gallizo hayan fallado en el caso de Teruel. Lo cierto es más de lo mismo: alimentación a la fuerza pero en el hospital.

La seguridad del preso es menor en un hospital

La seguridad del propio preso está comprometida al estar ingresado en un hospital. En los centros del SNS es fácil entrar, salir, llegar a la misma puerta de la habitación del preso e incluso pasar y lesionarlo e incluso matarlo. La Directora general de Instituciones Penitenciarias y los jueces correspondientes se lo deberían mirar. En los hospitales del Salud se incumple de forma muy manifiesta las mas elementales normas de seguridad para los bienes de la propiedad, pacientes, profesionales y visitantes y, lo que es mas grave de las personas. El acceso es libre y las medidas de seguridad insuficientes. El que no se lo crea que le pregunte a la actual Gerente del Salud si es verdad que le robaron el ordenador en su despacho o al que mataron unos sicarios recientemente cuando estaba ingresado en un hospital de Madrid

Nota de la redacción: En este artículo no se analiza ni la causa de la huelga de hambre ni la idoneidad de la norma que justifica la alimentación a la fuerza.

3 Comments

    1. Eso lo decide el juez. El paciente acude al médico. A éste lo traen a la fuerza. Y si media orden judicial, como en un objetor, un menor, una persona incapacitada… tú sólo tienes que atenderlo, pues es tu obligación. Si decides respetar esa «autonomía» debes defenderlo delante del juez. Éticamente parece lo lógico no tratarlos en contra de sus deseos -a los huelguistas de hambre- pero prevalece la cuestión legal que nos obliga. Únicamente a través de comisiones deontológicas y con decisiones judiciales previas podríamos ser «objetores» para tratar a estas personas.

      1. «Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial sobre las Personas en Huelga de Hambre: El médico debe respetar la autonomía de la persona (…) Toda decisión pierde fuerza moral si se toma involuntariamente bajo amenazas, presión o coerción de los pares. No se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan. La alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable. La alimentación forzada nunca es éticamente aceptable».

        Por todo ello creo que la desobediencia al Juez, en este caso, no debería considerarse «objeción» del médico, entendiendo la objeción como la imposición del individuo contra el consenso.

        A un testigo de Jehová adulto y competente con anemia severa grave se le deja morir si se niega a ser transfundido. ¿Por qué no se aplica el mismo principio a los huelguistas de hambre en las cárceles?. Creo que todos tenemos la respuesta.

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